Como estructurar contenido web

¿Te fijaste cómo son las cajas de los rompecabezas  ? Normalmente aparece una imagen a todo color que te muestra cómo debe quedar el tuyo una vez montado.

Ahora imagínate por un momento que tienes que resolver el rompecabezas sin esa imagen como referencia.

Tienes 5000 piezas de colores sobre la mesa y no sabes si tienes que montar una Mona Lisa o un cesto lleno de gatitos.

¡No sé cómo será el infierno, pero seguro que se parece mucho a esto!

Por desgracia, tu página web tampoco viene con manual de instrucciones, así que seguro que te estás encontrando con algún que otro problemilla:

• Tienes demasiada información en la cabeza
• No sabes por dónde empezar (ni por dónde acabar)
• No eres capaz de identificar lo que es importante y lo que no

Vamos a ver si estas claves te ayudan a resolverlo.

Empieza haciendo un esquema

Si vas a crear los textos de tu web, el mejor consejo que puedo darte es que no empieces a escribir todavía.

Antes de pensar en palabras, piensa en bloques de contenido. Eso te ayudará a tener una visión global de lo que quieres conseguir.

Haz un listado de los bloques que tendrá tu menú principal y asígnale una tarea a cada uno de esos bloques.

Para hacer eso, debes tener claro para qué quieres tu web y qué función va a tener dentro de tu estrategia de negocio.

¿Potenciar tu imagen de marca? ¿Captar leads? ¿Presentar tu portfolio de trabajos?

Dependiendo del objetivo que tengas en mente, la estructura puede variar bastante.

Te pongo un ejemplo standard para una web orientada a vender servicios profesionales mediante la captación de leads.

A grandes rasgos, una web de este tipo tendría:

• Home
• Servicios
• Sobre mí
• Blog
• Contacto

Una vez tenemos clara esa estructura, debemos anotar dos cosas junto a cada uno de esos apartados:

• El objetivo que debe cumplir ese apartado
• Los elementos estratégicos que te ayudarán a cumplir ese objetivo

¿Cómo sé lo que debo incluir en cada página?

Tu objetivo te dirá lo que deber ir y lo que no.

Empecemos con la página principal de la web que te ponía como ejemplo.

Si queremos vender nuestros servicios, en la homepage no puede faltar una propuesta de valor clara y diferencial que muestre lo que ofrecemos y respete nuestro tono de voz.

¿Qué más?

Si una parte importante de la estrategia consiste en captar leads, seguramente necesitaremos trabajar el email marketing. Eso significa que tendremos un formulario de suscripción con un texto breve que incite a apuntarse.

Debes ir tomando nota de todos estos elementos para hacer tu esquema de contenidos.

Por otro lado, si eres un profesional que ofrece un solo servicio quizás te interesa destacarlo en la homepage con un texto específico que destaque los beneficios principales. Sin olvidar un botón con una llamada a la acción que lleve al usuario a la página de ventas.

En cambio, si ofreces varios servicios puede ser interesante incluir un menú más visual utilizando iconos o imágenes que lleven al cliente potencial a las diferentes páginas.

Puedes ver un ejemplo en la home de Víctor Martín.

Cuando llegas a su home y bajas un poco, aparece esto:

Víctor destaca de manera muy sintética los servicios que ofrece. No tendría sentido poner mucha más información debajo de cada uno de los iconos porque lo que busca aquí es mostrar lo que hace y guiar al usuario hacia las diferentes páginas.

¿Vas viendo el proceso?

Recuerda que aún no hemos empezado a escribir los copys de la web. Solo estamos identificando los elementos estratégicos.

Si recapitulamos un poco, vemos que en esta home imaginaria que estamos describiendo tendríamos:

• Propuesta de valor. Con titular principal + un subtítulo
• Formulario de suscripción. Con texto gancho + llamada a la acción
• Presentación de servicios. Elementos visuales + texto breve + botón

Quizás para rematar la faena podemos incluir algunos testimonios de clientes. O las últimas entradas de tu blog, si los contenidos son una parte esencial de tu estrategia.

Las combinaciones son múltiples. Lo importante es centrarte en los elementos que te ayuden a lograr tus objetivos.

Todo lo demás es prescindible.

¿Qué pasa con el resto de páginas?

Analiza cada uno de los apartados del menú del mismo modo que has hecho con la página principal.

Cuando llegues al bloque de Servicios, te darás cuenta de que esta lista de elementos estratégicos puede ser bastante larga.

Sobre todo si ofreces más de uno.

Ten en cuenta que para cada servicio querrás tener un titular, un texto persuasivo que enganche, una lista de beneficios, una imagen, lo que incluye, lo que no incluye…

Todo esto no cabe en una sola página.

Eres muy optimista si crees que el usuario va a perder el tiempo buscando lo que le interesa en una página interminable.

Quizás es un buen momento para plantearte si el apartado Servicios del menú, debe desglosarse en Servicio 1, Servicio 2 y Servicio 3.

De esta manera, cada servicio tendrá una página de ventas específica. Ideal si tu objetivo es captar leads.

Antes de empezar a escribir los textos tienes que plasmar todas estas decisiones en tu esquema de contenidos.

Si quieres afinar un poco más, en tu esquema puedes añadir notas sobre cómo utilizarás las imágenes en cada página.

Incluso las páginas aparentemente sencillas como la de Contacto se pueden planificar.

¿Con qué finalidad quieres que contacten contigo? ¿Solo para contratarte o también para colaboraciones?

Todo esto puede condicionar la información que pides en el formulario. Por ejemplo, si tienes un negocio local, debes pensar en incluir un mapa.

Gran parte del trabajo ya está hecho

Cuando tengas tu esquema completo, una parte importante del trabajo ya estará hecho.

Ahora toca empezar a escribir de verdad y elegir las palabras adecuadas para tus titulares, cuerpos de texto, llamadas a la acción…

Tampoco será un camino de rosas, pero tendrás una hoja de ruta muy clara.

Sabrás cuál es el punto de partida y dónde quieres llegar con cada texto de tu web.

Uno de los principales errores que se cometen al escribir los textos de una web es soltar toda la información a las primeras de cambio.

Haciendo un esquema de contenidos previamente, evitarás ese error y sabrás identificar cuál es el mejor lugar para destacar tal o cual beneficio.

Y no solo eso. También te ayudará a trasladarle tus ideas al diseñador web de una forma más clara.

Las últimas piezas del rompecabezas

Aquí te dejo unos trucos finales que te servirán para abordar la redacción de tus contenidos con más garantías.

Utiliza papel y goma. Siguen siendo herramientas infalibles para hacer esquemas y poner las ideas en orden.

Intenta que tu menú principal no tenga más de 6 elementos. Si no puedes sintetizar tanto porque tu web tiene mucho contenido, utiliza dos menús.

No crees más de 3 niveles de contenido. Dicho de otra manera: el usuario tiene que poder llegar a cualquier punto de tu web en 2 clics como máximo.

Piensa en tus usuarios. Pónselo fácil y no trates de reinventar la rueda.

Visualiza tus textos. 

No te obsesiones con los textos de tu competencia. Busca tu propio camino hacia la diferenciación.

Y sobre todo, piensa que la estructura de tu web y tus textos no están escritos en piedra.

Tu web, igual que tu negocio, es una cosa viva.

Las prioridades cambian.

Los objetivos cambian.

¡Las personas cambian!

Las marcas inteligentes son sensibles a esos cambios y no tienen miedo de modificar algunas piezas del puzzle para obtener un nuevo dibujo.